"Y recuerden, todo lo que han visto ha sido producto de su imaginación; no le den más vueltas, no tiene sentido" (Anthony Blake)
Ilusionismo, magia... un aura de misterio que envuelve al espectador y crea un ambiente de reverente silencio, de complicidad, incluso involuntaria, con el mentalista Anthony Blake.
Se advierte su presencia en el escenario ya antes de poder ver al artista en él, cuando aún no se ha encendido la luz que lo ilumina en todo momento, que lo sigue encandilada, como todos los espectadores.
Blake, el mentalista, maravilla con su arte, sobrepasa los límites de la comprensión de su público, derrocha ingenio, profesionalidad y un humor muy fino, una ironía inteligente, que admira y atrae irresistiblemente al espectador, al que invita a participar en su espectáculo de forma activa.
Pero Blake, la persona tras el artista, conquista por su sonrisa, su simpatía, su cercanía, su mirada, su abrazo...
Y todo esto no es producto de la imaginación.
Y todo esto no es producto de la imaginación.
Imágenes tomadas durante el espectáculo de Anthony Blake "No vengas solo" en el teatro Latorre de Toro (Zamora).
